[ VIVA El Reportero / 12 de enero del 1985 ]
La exposición 9 mujeres en el dibujo, organizada por la Galería Espiral, parte de un planteamiento feminista. Aunque esto se plantea de manera tímida e indirecta en el catálogo de la muestra, escrito por Margarita Fernández Zavala, se trata de un esfuerzo por comenzar a definir e identificar lo que caracteriza el arte de las mujeres. Entiendo que esta es una de las preocupaciones fundamentales de la Asociación de Artistas Mujeres (y me perdonan las compañeras porque les he invertido el orden de los términos del grupo) como es natural y perfectamente válido que así sea.
Como todo acto creativo es consciente y controlado (con o sin el permiso de los surrealistas), enunciar ciertos acercamientos o publicar manifiestos tiene un efecto catalítico en ese acto creativo. Aunque la práctica no se inició en el siglo 20, nuestra época es fecunda en ejemplos de movimientos artísticos que se lanzan acompañados de estos manifiestos que intentan explicar verbalmente lo que está sucediendo en las obras. Y la experiencia histórica nos muestra que, al menos en sus inicios, hay una coincidencia entre los objetivos que se expresan verbalmente y las obras. Aunque el ensayo de Fernández Zavala no es un manifiesto feminista sino más bien un intento de identificar rasgos comunes en esta variada muestra de dibujo, este tipo de exposición y los debates dentro de la Asociación de Artistas Mujeres quizás conducirán al desarrollo de un arte feminista.
En el ensayo se identifican como características de la exposición la preferencia por las texturas, el uso de ciertos tonos y ciertos tipos de composición, una marcada preferencia por la curva y el círculo (aunque más adelante se señala que “se alejan de las diagonales, prefiriendo las horizontales y verticales”), la mujer y el niño como temas, el interés en comunicar y “la óptica interna y personal”. Me parece esta una lista muy distinguida de importantes características con las cuales se puede definir de manera muy coherente un movimiento artístico. Aunque la muestra 9 mujeres en el dibujo carece de la coherencia visual que uno tiende a asociar con los movimientos artísticos tradicionales, pudiéramos estar en el umbral o ante el alumbramiento de uno futuro.
Me pareció una nota muy especial el que la compañera Coqui Santaliz tomara estas obras como punto de partida para la creación de una serie de poemas. Como bien señala Fernández Zavala en el ensayo, se trata de una inversión del “fenómeno tradicional que sean los artistas plásticos los que reaccionen a los textos”. En adición, es otra muestra de esa fecunda relación que se da en Puerto Rico entre el arte y la literatura.
Los nuevos dibujos de desnudos de Margarita Fernández apuntan hacia un futuro prometedor. El énfasis en la línea tenue de la figura, en contraste con la forma más trabajada de la silla, funciona mejor que las desarticuladas texturas de su obra anterior. Su fuerte siempre ha sido el concepto, y con esta nueva forma de dibujar sin duda podrá realizar potentes imágenes. Por lo que he visto de María Antonio Ordóñez en colectivas salteadas, ha estado desarrollando imágenes cómicas y cada vez más interesantes. Espiral, de Gloria Florit, es superior a la obra que se reproduce en el catálogo; su forma ovalada (¿quién le habrá llamado “espiral” a un óvalo?) y sus colores son atractivos. Las obras de Myrna Arocho definitivamente lucen mejor en conjunto. Recuerdo su exposición en la Liga como buena, y es la segunda vez que encuentro sus obras un poco decepcionantes para una colectiva.
Ilka Esteva Tavárez y Mercedes Quiñones trabajan un tipo de obra detallada y minuciosa pero a la vez de fuerte presencia. Quiñones crea unos laberintos y recovecos que recuerdan caracoles, genitales femeninos, flores. El manejo de los tonos es excelente y va creando un variado ritmo que acentúa la complejidad de las formas. Esteva crea poderosas imágenes donde uno también adivina referencias a la sexualidad. Técnicamente sus obras son de muy alta calidad, y en ellas coinciden de manera muy feliz imagen y realización.
Este año en la ya tradicional Semana de la Mujer esperamos poder seguir viendo otras muestras que continúen este identificar y definir de un arte feminista puertorriqueño.