[ VIVA El Reportero / 1 de diciembre de 1984 ]

La exposición de John Balossi que cerró esta semana en el Taller Galería André coincidió, en parte, con la muestra Ceramistas Contemporáneos de Puerto Rico en el Colegio Universitario de Humacao. En Hato Rey Balossi exhibió acrílicos, tintas y esculturas en barro, retomando los temas de la figura humana, el caballo y el jinete, recurrentes en su producción artística. Mostró también en Hato Rey secciones de muro (Soldier wall) y formas circulares realizadas con planchas ondulantes de barro. Predominan los colores claros; en los acrílicos el color es brillante y en las tintas se destaca la línea segura del artista. Este es el forte de Balossi, los dibujos a tinta también se caracterizaban por las hermosas texturas logradas por medio de la encáustico.

Si el color en los dibujos a tinta y en los acrílicos se des-taca por su brillantez, la intención de utilizar colores claros no cuaja por completo en el barro. Los óxidos aparecen como espolvoreados en la superficie, dan la impresión de que no forman parte de las piezas. Ese efecto funciona  en algunos piezas, como Símbolo rúnico. En  otras, especialmente en algunos caballos,  el “espolvoreado” le resta sentido orgánico y las  áreas de color  parecen arbitrarias, como sin propósito.

Las obras que Balossi exhibe en Humacao me parecieron superiores. Esta pequeño muestra es toda de calidad Lorraine de Castro exhibe la Doña verde del concurso del Ateneo y Doña Langosta, otra pieza muy buena. Las figuras de esta artista son estremecedoras y a pesar de su escala reducida  fuerzan  un confrontamiento con el espectador. De Hambleton se incluyen 3 obras en porcelana  de colores claros y buen diseño. En Paisaje ondulante  las texturas y los colores son hermosos, pero la fina estructura de la pieza está reñida con el concepto de las montañas y las formaciones geológicas que evocan. 

Las vasijas de Hogan combinan efectivamente el rigor de la forma con los efectos de color y texturas más espontáneos. Hogan abre esta noche una exposición de su obra en Casa Candina con motivo del 5to. aniversario de este inigualable centro de actividad cultural. Parece que la crisis de Casa Candina se ha conjurado gracias a la ayuda de unos dedicados amigos del arte, y la celebración de esta noche va a ser en grande. 

El crítico, de Susana Espinosa, me pareció extraordinario. Como siempre, la factura ancha, forma de estrambótico atuendo, co bina el humor y la ironía, tono que Espinosa maneja muy bien. La placa de Sylvia Blanco es superior en ejecución y diseño a las que exhibió el año pasado en Botello, PLA. También se incluyen dos formas redondas sobre pedestales. Estos paisajes de la artista siempre son de calidad. 

De Jaime Suárez hay tres piezas, una barrografías y objetos encontrados, Pira y una vestimenta. En esta serie de vestimentas Suárez crea unas formas de proporciones elegantes con texturas ricas. El diseño sencillo y sobrio evoca al mundo del ritual. La presencia de la pieza es solemne; su forma rota a la vez apunta hacia el fin o deterioro de esta esfera de comportamiento humano.

En Pira, la forma de media esfera en su interior muestra tres planos de barro que se han ido rompiendo como por una fuerza corrosiva. Es la hermosa y elegante descomposición de un mundo anterior y más sencillo. Las obras de Suárez funcionan en muchos niveles y terminan por convertirse en metáforas de nuestra realidad presente. A través de los años Suárez ha ido trabajando el barro hasta lograr con economía de medios una expresión de gran vitalidad y hermosura imbuida de profunda significación. Esto es un logro extraordinario.