El Museo de la Universidad de Puerto Rico alberga una importante exposición de Jack Delano, quien llegó a Puerto Ríco por primera vez en 1941 enviado por la Farm Security Administration a fotografiar nuestra ruralía.
Su identificación con nuestra realidad lo llevó a establecerse en Puerto Rico, donde él y su recién fallecida esposa, Irene, jugaron un importante papel en el desarrollo de nuestro arte cotemporáneo. Cuarenta años más tarde Delano regresó a los lugares donde trabajara en su primera visita a Puerto Rico a fotografiar de nuevo. El resultado es una interesante exposición donde se carean la realidad del presente con las condiciones de Puerto Rico de los años 40.
En términos generales las fotos de los años 40 tratan como tema principal el proletariado agrícola, predornínantemente cañero en esa época su vida y sus luchas. Encontramos también pequeños agricultores pobres, hombres y mujeres trabajando en las industrias del tabaco y de la aguja, muelleros, estudiantes y escolares. Se intenta hacer una descripción de la ardua vida de nuestro pueblo.
En estas fotos Delano delata sus intereses, su simpatía -obviamente se identifica con nuestro proletariado y nos muestra sus aspectos más hermosos y positivos: la serena y elegante dignidad del, cortador de caña, la solidaridad de los que reciben ayuda pública, la belleza dentro de un mundo desesperado.
Yuxtapone a esa realidad del pueblo un contraste con la vida de las clases altas -nos muestra a estos de fiesta, bailando.
Entiendo que Delano quiere comunicar la injusticia social que condena a la mayoria del pueblo a la miseria y la explotación mientras los ricos bailan.
Sin embargo, hay, algo fundamentalmente equívoco en esta metáfora. Y es que para nosotros los puertorriqueños el baile representa actividad universalizada, no algo que queda restringido a las clases altas. El contraste se comunica.
La vida y la costumbre de los ricos, de los americanos que administraban las centrales, de los hacendados no aparecen en la muestra, como tampoco encontramos ejemplos del comportamiento sórdido que esa pobreza también engendró.
A Jack Delano sólo le interesa comunicar los aspectos más positivos del pueblo puertorriqueñó en los años 40. No le interesa identificar los responsables de esa pobreza, como tampoco quiere dar testimonio de los aspectos más deshumanízantes de ella. Si leemos estas fotos como imágenes que describen la totalidad de esa realidad podríamos hacernos una idea falsa, o al menos incompleta de lo dolorosa que fue esa época.
Al describir la realídad del presente nos parece que opera un fenómeno parecido. Delano rehuye de los aspectos más negativos y sórdidos’ de ésta. Nos presenta un Puerto Rico gordo y fofo, afluente y vulgar, pero mecanizado, industrial, moderno. Entiendo que el contraste entraña la dignidad y solidaridad de la realidad del 40 versus el aislamiento y la vulgaridad del presente. Pero, ¿qué comunica ese contraste? ¿Quién puede negar que a pesar de la basura Nemesio Canales es superior al Fanguito? ¿Qué estar gordo es mejor que estar tuberculoso? ¿Las ventajas de trabajar en ISPRAC, SKF o Matsushita a cortar caña?
No creo que la intención de Jack Delano es pintar un presente color de rosa, de progreso inequívoco, de mejores oportunidades.
También incluye al Hogar Crea (la única referencia a las drogas), la fila de cupones, el desempleo, el humo de las chimeneas industriales, la basura, la vulgaridad rampante. Pero esas ímágenes no creo que comunican la violencia, .la criminalidad, la incertidumbre de nuestro difícil presente.
Jack Delano entendió ésto, que sus fotos corrian el peligro de una lectura superficial que justifica y ensalza el presente. Por eso incluyó entre sus fotograñas citas de algunos de los sujetos que se lamentan elocuentemente de la falta de humanidad en la sociedad contemporánea.
La clave de ese. contraste incompleto radica’ en la falta de interés de parte de Jack Delano en describir los aspectos sórdidos de ahora como también los, obvió en sus fotos del 40. Su lente nos muestra los valores humanosque florecieron en medio de la pobreza extrema, la dignidad. el heroísmo, la belleza de nuestro pueblo en aquella época. Y no hay nada heroico ni hermoso ni digno en estar gordo, aunque uno esté desempleado.