[ El Reportero / 14 septiembre de 1985 ]
Los gobiernos de Colombia y Puerto Rico han organizado una extraordinaria actividad titulada Colombia en Puerto Rico que se estará presentando hasta el día 14 de este mes. Consiste de unas presentaciones del grupo Llanos de Colombia, que nos trae la música y los bailes de la hermana república; una muestra bibliográfica y dos exposiciones, de arquitectura y del Museo del Oro, en el Convento de los Dominicos, Instituto de Cultura Puertorriqueña. Huelga señalar que son estas fabulosas piezas de oro precolombino el atractivo principal de la actividad.
La muestra incluye piezas de unas seis culturas precolombinas que trabajaron extensamente la orfebrería. El montaje es sencillo y elegante, y destaca efectivamente las piezas. Los guías del Instituto le proveen información al visitante y organizan un recorrido con explicaciones que permiten apreciar y entender mejor las obras expuestas. De manera que además de tener el privilegio de ver esta importante manifestación cultural, la visita se convierte también en una experiencia educativa. Se trata sin duda de una oportunidad única que no se debe dejar pasar.
La exposición nos provee ejemplos de las distintas técnicas que empleaban los indios para trabajar el metal, la calidad estética, los diversos usos que le daban a estos objetos y la variedad de formas que cada cultura desarrolló. El martillado, la cera perdida, la soldadura y la filigrana son los medios empleados para crear estas hermosas obras. Trabajaban el oro en aleación con el cobre (tumbaga) ya desde el siglo VII a.C. La orfebrería más antigua de Colombia proviene de la región arqueológica de San Agustín, al suroeste del país. Se difunde desde el Perú, donde primero se trabaja los metales en el Nuevo Mundo, allá para 1500 a.C., cuando los griegos se estaban organizando en el Peloponeso, los indios del Perú estaban haciendo obras de arte en oro.
Pero el oro ha sido tanto la gloria como la desgracia de Colombia. Los españoles no descansaron hasta dar con los Muisca, quienes celebran la ceremonia de El Dorado en el lago Guatavita. En tres ocasiones se ha dragado este lago, donde se sumergía el cacique recubierto de polvo de oro mientras sus súbditos arrojaban ofrendas de oro, esmeralda y cerámica. ¡A poco más de un siglo de la conquista, los españoles ya habían extraído 181 toneladas de oro de 16,000 de plata del nuevo mundo! Tanto los objetos elaborados en estas culturas como lo sacado de las minas acaban en el crisol, en lingotes. A pesar del saqueo sistemático por más de cuatro siglos, el Museo del Oro de Colombia posee más de 30,000 piezas de oro precolombino.
El saqueo continúa al presente. Los huaqueros trabajan sin cesar. Tan es así, que han hecho imposible el estudio sistemático y científico de la arqueología colombiana. La práctica de incluir objetos de oro en las tumbas, de enterrar las ofrendas de oro a los dioses, aseguran el éxito material a los saqueadores. Entiendo que es imposible llevar a cabo una expedición arqueológica en Colombia sin la protección del ejército, que asegura que los huaqueros no trabajen de noche destruyendo la labor científica para llevarse el oro. Así las cosas, los museos nacionales han adquirido gran parte de su fabulosa colección por medio de la compra. ¡Al menos no los derriten en lingotes! Pero el saldo ha sido una visión muy incompleta de las culturas que produjeron esto extraordinaria riqueza material.
Al igual que los conquistadores, el oro me deslumbró, pero quiero destacar la calidad de la exposición de arquitectura. Consta de un número de paneles en los cuales se relata, a grandes rasgos, el desarrollo de la arquitectura colombiana. Por medio de textos, fotos y diagramas se presenta el material de manera que el visitante se lleva una idea bastante completa del tema. Si se pudiera obtener copia de este material se podría exhibir, el mismo en distintos centros culturales del país. Por otro lado, la presentación podría servir a manera de guía para preparar una muestra similar de la arquitectura nuestra, y darla a conocer tanto en Puerto Rico como en el extranjero.
Se supone que las exposiciones terminen hoy sábado. Aunque se le ha dado bastante publicidad y entiendo que el público ha afluido a estas muestras, sería bueno extenderlas por más tiempo. Este tipo de actividad es el resultado de mucho trabajo, y organizarlas es muy costoso. Esperamos que las autoridades puedan extender el plazo de estas muestras para permitir a un mayor número de personas disfrutar de ellas, Cabe destacar los esfuerzos del gobierno por realizar este tipo de intercambio que tan provechoso es al desarrollo de nuestra cultura.